Simon Rayssac


Je suis heureux... il fait soleil

    [Estoy feliz... hace sol]




  Vista del taller. En la pared: Le Peintre et son problème technique, 2020. Técnica mixta sobre lienzo y La louve, 2020 (detalle). Acrílico y óleo sobre lienzo 140 x 170 cm. En el suelo: Deux chiens endormis à l’ombre d’un arbre, 2018. Acrílico sobre lienzo, 140 x 170 cm (detalle). Foto : ÉF


  La Cueilleuse d’abricots, 2019. Acrílico sobre lienzo, 140 x 170 cm. © Simon Rayssac & colección particular.



  Grande étude d’éclairage (pour plante verte), 2018, óleo sobre lienzo
140 x 170 cm © Simon Rayssac



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Simon Rayssac

Queridos pintores,
Abandonémonos sin demora a los besos puros del aire, a los beneficios del mar, alimentemos primero nuestros pensamientos y luego nuestros cuerpos, probemos los frutos del espacio, el perfume y los sonidos de los colores, sublimemos nuestras ideas. (...)
Señora pintando siempre joven, te doy mi corazón, te doy mi cuerpo. ¡Viva usted! ¡Te quiero!
1
Estas palabras que James Ensor dirigió a sus adelfas y a la pintura materializan bien las ideas y las emociones plurales que rodean mi visión de la obra de Simon Rayssac.

El artista ofrece obras como historias, revelando las "pequeñas cosas" que hacen brillar la vida en torno al gato del Doctor P, sobre el singular misterio de una serie de palos danzantes, con estudios (que no son estudios) de pelo, carpa, cielo brumoso, piel con peces entremezclados. Se centra en la fugacidad de las cosas, porque hay una urgencia por pintar. De él emana un impulso vital de crear rápido, con fuerza, mucho, de pintar sin parar cuando el día es bueno. Un día, un lienzo, dos formatos. No te detengas nunca. Observar la naturaleza, la fauna y la flora. Hacerlo hasta el final "porque todos vamos a morir".

Las cosas circulan en esta abundante obra y la emoción puede ser intelectual, cruda o visceral. Su enfoque requiere implicación, sentir que su cuerpo de espectador toma la medida del del pintor; sus gestos, la fuerza, la masa vibrante de quien se enfrenta al lienzo cuando trabaja. Para "ver de cerca"2 las comas del pincel, las zonas de niebla, la grasa sensual de la materia, las apariencias vaporosas y la ausencia de perspectiva por la presencia casi constante de la planitud.
Con él, el color te transporta. Engaña y agita.  Si la paleta puede ser a veces restringida en un cuadro, es una gran llamarada cromática que atraviesa toda su obra. La justa entre el rojo cinabrio y el verde de Grande étude d'éclairage pour plante verte (2018), el recuerdo perdido del naranja brillante y el azul ultramar de una fina lluvia sobre la duna, las exaltaciones de amarillos, verdes, ocres, marrones y rosas, los tonos cenicientos de Nuits aux louves3,Étude de corbeaux (2019) y Dans la buée (2019), hasta las crestas violáceas de las colinas invernales de Aveyron; todo hace hablar al corazón, a la memoria y al vientre.
La palabra llega antes de que nazca el lienzo. El título como elemento fundador de la obra sigue siendo para el artista un protocolo de trabajo. En número, se convierten en poemas, invitan y dirigen la mirada y la imaginación, dirigen el estilo, figuran las formas, estructuran la falsa abstracción. Al igual que la serie, las variaciones salpican regularmente las producciones sobre lienzo o papel. Repetir el motivo hasta que el sujeto se agote.

Una nueva temporalidad ha llegado a la forma de trabajar del artista: revisar, dejar para el descanso, repintar en lugar de volar4. Últimamente ha practicado desviaciones protocolarias, aceptando la reanudación de ciertas obras, cambiando el formato, enmarcando los lienzos con varillas pintadas, como una nueva ficción. Se lo permite.



Al prestar su cuerpo al mundo, el pintor convierte el mundo en un cuadro.5 En los vídeos de One Night Stand6 el cuerpo corre o está estático en medio de las obras de otros. Su voz -herramienta única y singular-, su oscilación, su melodía primigenia entre el grito, el canto místico y la modulación chamánica, permite al mismo tiempo evocar el apaciguamiento, el miedo y el júbilo. Invoca recuerdos, provoca la memoria. El artista está ahí, desnudo y conmovido por el mundo.

La obra multisensorial de Simon Rayssac trata a menudo de la memoria. El recuerdo melancólico de las alegrías venideras y de la felicidad perdida, de los últimos tiempos en Assèynes y el recuerdo universal de una vuelta a la naturaleza, un señuelo tanto como una brújula. Contemplativo frente a algunos cuadros, alegremente desestabilizado frente a otros, a menudo escucho música, que canto en la calle o simplemente tarareo...
Estoy feliz... hace sol
Y sin embargo...7

— Émilie Flory
Roma, julio de 2021


1. James Ensor, Ma vie en abrégé en Parlons forte langue claire et verte, trempée à chaud et à froid, cimentée d'adjectifs retentissants, Éditions Marguerite Watkine, 2021
2. Daniel Arasse, Histoires de peintures, Éditions Denoël, 2004
3. Referencia a los 3 cuadros del artista: Loup sortant du bois (2018), Loup sortant du bois (2018) y Louve (2020)
4. Referencia al vídeo de la artista Vol de croutes (2017)
5. Maurice Merleau-Ponty, L'Œil et l'Esprit, Éditions Gallimard, 1964 [Versión en español. El ojo y el espíritu]
6. Simon Rayssac, One Night Stand CAPC(2007) y One Night Stand Garage Mu pour Titanix (2018)
7. El título y las últimas palabras de este texto son versos de Jean-Roger Caussimon, de la canción Il fait soleil, 1975

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